No somos lo que hacemos mal

La falta de comunicación suele ser uno de los déficits organizacionales más comunes. Por lo general escasea porque los gerentes no lo consideran importante, no comprenden su rol o por algún temor. Me refiero a las oportunidades en las cuales el gerente y colaborador se pueden sentar a hablar periódicamente sobre cómo están trabajando juntos, sobre el desempeño del colaborador, sus inquietudes y de lo que ambos pueden hacer para trabajar mejor juntos en el futuro. Aquí no me refiero a las comunicaciones rutinarias y espontaneas que ocurren diaria o semanalmente.